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10 marzo 2012

The Secret of Monkey Island (Special Edition)


Mi nombre es Guybrush Threepwood. Desde pequeño siempre he soñado en surcar los mares más allá del horizonte, en busca de tesoros y de islas paradisíacas. Para dar forma a mis sueños, decidí que me convertiría en un pirata. Navegué hasta Mêlée, una isla que, por aquel entonces, estaba repleta de ellos. Aspiraba a encontrar una banda a la que unirme o, en el mejor de los casos, crear la mía propia. Desgraciadamente, todo cuanto llevaba conmigo se hallaba enterrado bajo la oscura piel del mar. Dejadme pues, que os cuente el relato de mi historia…

Introducción.
Jugar a Monkey Island después de tantos años ha sido como realizar un viaje al pasado en una máquina del tiempo. La primera vez que lo vi fue en casa de mi primo. Me fijé en esos disquetes cuadrados que se introducían por un lector de discos primitivo y que tenían una capacidad de 1’4MB. ¡Esos juegos cabían en ese espacio tan reducido! Mi primo me lo enseñó y al instante me enamoré de la noche perpetua de Mêlée Island. Recuerdo que pasé semanas suplicándole a mis padres que me compraran un ordenador con el pretexto de que lo necesitaba para realizar los trabajos del colegio. Al final lo conseguí. El ordenador estaba en el despacho de mi padre y para llegar a él debía cruzar la casa entera y acercarme a la habitación de mis padres. Sigilosamente me desplazaba por la noche, cerraba con mucho cuidado la puerta del despacho, y encendía esa máquina del paleolítico llamada 486. Entonces me convertía en Guybrush Threepwood, y tenía las mismas ganas que él o incluso más de llegar a ser el pirata más temido de todo el caribe.

Monkey Island fue la primera aventura gráfica a la que jugué. Después vendría la segunda parte, que me gustó aún más si cabe, y desde ese momento quedé eternamente prendado de las aventuras gráficas de LucasArts. Más tarde llegaron juegos como Maniac Mansion, The Day of the Tentacle, Sam and Max: Hit the Road, Indiana Jones and the fate of Atlantis, etc. Las aventuras gráficas se habían convertido en mi género predilecto, en una época en la que lo único que entendía de videojuegos era dar saltos de una plataforma a otra. Fue durante esa edad (aunque no recuerdo exactamente cuántos años tenía) que los mundos tomaban forma. Fue en ese tiempo cuando descubrí que los videojuegos estimulaban mi imaginación hasta límites insospechados. ¿Quién no se sintió nunca un aprendiz de pirata con el control de Guybrush Threepwood en su ardua búsqueda por desvelar el misterio de Monkey Island? ¿Quién no se sintió más grande y más poderoso en el momento en que Link sustrae la espada maestra de su pedestal y se proclama el héroe del tiempo? La época en la que desconocíamos la mecánica interior de las cosas, cuando el mundo nos parecía vasto y extraño, y podíamos extraer un universo entero de un vaso de agua. Cuando todavía teníamos la capacidad de sorprendernos…


Lo bueno de Monkey Island.
Lo que tiene de genial este juego (y que todos sabemos) son sus diálogos, cargados de humor y sátira desbordante. Empezando por el simple detalle del símbolo Trademark incorporado tras la mención de Monkey o Mêlée Island, hasta la frase final de Guybrush a Elaine: "No pagues nunca más de 20 centavos por un videojuego." Lo que Ron Gilbert consiguió en esa época no fue simplemente innovar, sino que creó un estilo propio que incluso a día de hoy carecen muchos de los videojuegos. Sus trabajos tienen personalidad y carácter, son emblemáticos y sentaron un precedente en el género de las aventuras gráficas. Hoy en día la mayoría de los juegos parecen salir de una fábrica de moldes automatizados cuyos creadores son máquinas que se rigen por unos modelos preestablecidos que resultan artificiales e insustanciales. Con Monkey Island no sucede esto. Es un trabajo hecho a mano, con mucho cariño; es un juego que rebosa originalidad mires por donde lo mires. ¿Alguien habría pensado alguna vez que para llegar a la isla secreta sólo deberías seguir las instrucciones de una receta de cocina? ¿O que un pollo de goma con rueda serviría de polea para cruzar de una isla a otra? ¿O que una cabeza parlante con un collar compuesto de glóbulos oculares pudiera servir de brújula? El juego es tan absurdo como divertido. Los personajes son tremendamente carismáticos y puedes pasarte horas probando todas las preguntas posibles para reírte con sus ingeniosas respuestas. Veamos un ejemplo con algunos de los insultos de los piratas:

1)         ¡Llevarás mi espada como si fueras un pincho moruno!
Primero deberías dejar de usarla como un plumero.
2)        La gente cae a mis pies al verme llegar
¿Incluso ANTES de que huelan tu aliento?
3)         ¡Nadie me ha sacado sangre jamás, y nadie lo hará!
¿TAN rápido corres?
4)         Luchas como un granjero.

Qué apropiado. Tú peleas como una vaca.
5)         ¿Has dejado ya de usar pañales?
¿Por qué? ¿Acaso querías pedir uno prestado?
6)         He oído que eres un soplón despreciable.

Qué pena me da que nadie haya oído hablar de ti.
7)         He hablado con simios más educados que tú.
Me alegra que asistieras a tu reunión familiar diaria.
8)         ¡No pienso aguantar tu insolencia aquí sentado!

Ya te están fastidiando otra vez las almorranas, ¿eh?
9)         No hay palabras para describir lo asqueroso que eres.

Sí que las hay, solo que nunca las has aprendido.
10)       Tienes los modales de un mendigo.

Quería asegurarme de que estuvieras a gusto conmigo.

Muchos son los personajes que destacan en este juego. Stan, por ejemplo, es un vendedor de barcos con un tick nervioso y un afán de venta compulsivo. Cuando lo vi salir del sarcófago en Monkey Island 2, y ver que el tío seguía con su ritmo frenético, no pude evitar una carcajada. Eso sí era un buen guiño a la saga, aunque por entonces no entendía de estas cosas. (De la segunda parte de este juego hablaré en el siguiente post, cuando me lo haya pasado en PS3).

Special Edition.
En esta ocasión lo he disfrutado mediante la descarga digital de Playstation Network. LucasArts ha remodelado el juego entero y han adaptado los gráficos a los tiempos actuales, al estilo de dibujos animados. El resultado final está bien, aunque es 100% fiel al original (no han introducido ningún elemento nuevo, lo cual tampoco es malo). También han doblado los textos en inglés. El doblaje creo que está muy bien logrado. Es inevitable reírte con la pronunciación italiana de los hermanos del circo, o la dejadez y fanfarronería que desprenden las conversaciones con los piratas. También me pareció muy acertado el doblaje de Guybrush Threepwood, donde enseguida te das cuenta por su forma de hablar de que nunca llegará a ser más que un simple pirata de agua dulce.

La única cosa que no acabó de convencerme fue el manejo del menú a través de la cruceta y el joystick. Enseguida te acostumbras, es cierto, pero no deja de resultar un pelín incómodo.

Conclusiones.
Bueno, no puedo valorar este juego de manera objetiva. Llevo Monkey Island en el corazón desde el primer momento en que lo vi y ahí fueron a parar la segunda parte y el resto de aventuras gráficas de LucasArts. No puedo evitar cierta envidia sana a la hora de pensar que los niños de hoy pueden disfrutar de juegos con mundos infinitamente más grandes y más bien recreados que los que yo disfruté en mi niñez, cuando yo conseguí hacerlo con un cúmulo de gráficos pixelados que me parecían la panacea universal.

Lógicamente, si tuviera que analizar Monkey Island con los conocimientos que tengo a día de hoy, diría que es un juego corto y que tiene mucho espacio desaprovechado. Realmente las dos islas del juego tienen pocos sitios a los que puedas ir. Si uno se para a pensarlo detenidamente, enseguida descubre que hay muchísimo material más que podía haberse explotado. Pero esto no sería un análisis realista, pues estamos hablando de que este juego se creó pensando en los disquetes de 1’4 MB. Viéndolo así es toda una proeza que metieran todo eso ahí dentro.

Por ese motivo no puedo puntuar este juego de ninguna manera, ya que no podría ser objetivo en su valoración. Tengo curiosidad por saber qué opinión les brinda este juego a aquéllos que no pudieron disfrutarlo en su momento y le han dado una oportunidad con estas nuevas ediciones especiales. En una época en que las aventuras gráficas han rozado la extinción y los mundos virtuales se confunden con la realidad… ¿qué os ha parecido este juego? Espero que os haya gustado y lo hayáis disfrutado tanto como yo :)

NOTA: --/10

Nostalgia.
La noche de Mêlée Island siempre me pareció misteriosa, ¿por qué era siempre de noche en esa isla?
La casa de la gobernadora, al borde de ese acantilado, parecía inalcanzable…
Por un instante, las tres pruebas de los piratas del SCUMM Bar se convirtieron en el objetivo principal de mi vida.
La pitonisa y ese caldero gigante de magia verde efervescente.
Las vistas de la jungla y la playa de Monkey Island desde el terraplén más elevado.
La cabeza del mono gigante, los tótems y los ídolos.
Los caníbales, y el miedo que les tenía :P
Y el secreto de Monkey Island, guardado en lo más profundo de sus laberínticas entrañas, en el interior de un buque fantasma que surcaba ríos de lava…

¿Qué más necesitas para soñar?


5 comentarios:

  1. Bueno... como siempre, antes de leerla te pregunto: ¿Tiene spoilers? Ya sé que a estas alturas es pecado no haberse jugado ningún Monkey Island, pero es que yo era más de Sierra y Pendulo xD.

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    1. Uhmm... no, no tiene spoilers, puedes leerlo tranquilamente :)
      Y sí, un poco de pecado sí que es no haber jugado ningún Monkey Island, pero bueno..., por ser tú es perdonable (o quizás no... xD) :P

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    2. Fantástico, pues ya me la he leído ^_^

      Me imagino cómo debe ser la jugabilidad en PS3. Las aventuras gráficas con pad tradicional no molan NADA :S Cuando por fin pueda jugarlo, espero que sea la versión de PC. Y entonces podré contarte qué se siente cuando lo juegas por primera vez, jejeje.

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  2. Siguiendo con lo que decía en el otro post, pero con éste sí recuerdo haber estado horas y horas con mis hermanos jugando ^^ con su rueda anti pirateo y sus disquettes, cómo molaba eso...

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    1. Ju, es verdad, no me acordaba de la rueda esa de papel con las fechas y las caras de los piratas para asegurarse que tenías el juego original, qué bueno xD. Pero vamos, que le hacías una fotocopia y te servía igual, jaja. Qué tiempos aquellos :P

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