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17 marzo 2012

Monkey Island 2: Lechuck's Revenge (Special Edition)


Introducción.
Creo que todos estaremos de acuerdo (o la gran mayoría) en que Monkey Island 2: Lechuck’s Revenge es mejor que la primera parte. La fórmula sigue siendo la misma, pero se explota mucho más a lo largo de un juego que tiene mayor duración que su predecesor. Aquí nos encontraremos con diálogos tan ingeniosos como el primero y con muchos toques humorísticos a los que LucasArts ya nos tiene acostumbrados con esta saga de piratas. Recordaba muchas más cosas de este juego que no del primero. Tenía en mente usos de objetos clave que sabía dónde debían ir y cómo proceder a lo largo de la historia, así que no me ha sido muy difícil finalizarlo. Recuerdo que en la versión original de PC, justo antes de empezar la aventura, te dejaba escoger el nivel de dificultad al que querías jugar. Algo así como “Normal Monkey” y “Super Monkey”. Creo que la Special Edition está basada en la versión más difícil del juego, pero tampoco es nada que deba preocuparnos demasiado.

Para empezar el juego es mucho más grande que el primero. No en la primera parte pero, a partir de la segunda, el jugador es libre de moverse por las islas principales del juego: Scabb, Booty y Phatt.



Scaab Island.
Scaab es la isla en la que empieza el juego, cubierta por una noche perpetua análoga a la de la isla Mêlée del primer juego. Aquí conoceremos a Largo, un personaje que ha impuesto un embargo a todos los piratas que quieran abandonar la isla en barco. Ese se convierte en nuestro primer objetivo: fletar un barco. Eso siempre me ha llevado a pensar en cómo llegó Guybrush hasta ese lugar y por qué no podía huir de él de la misma forma (un barco clandestino o algo así), pero bueno, nunca supimos la respuesta a eso.
El lugar principal de esta isla es Woodstick, un puerto en el que los piratas viven dentro de los barcos. No sólo como viviendas sino también como comercios. Encontraremos un carpintero, una lavandería, un cartógrafo, un bar y hasta un hotel. Nada más empezar el juego nos llevaremos una grata sorpresa con todo el dinero que posee Guybrush en ese momento. Pero un desdichado encuentro nos obligará a a recolectar objetos como cleptómanos poseídos hasta lograr las herramientas necesarias para huir de ese lugar.

Booty Island.
Es la isla donde se celebra el Mardi Gras, una fiesta de disfraces a la que acuden todos los piratas del Caribe que tengan disfraz e invitación. Booty es un lugar marchoso y alegre que nos encandilará con sus risueños habitantes. De hecho, volveremos a ver algunas caras conocidas, aunque no todas se alegrarán de vernos a nosotros. Uno de los lugares que siempre he recordado con mucho cariño es el concurso de escupitajos. Sí, como lo leéis. En Booty Island hay un concurso en el que se mide la distancia a la que llega tu gargajo. A mí me conocían por el título de “Maestro de la Flema”. Pero si no sabes escupir con estilo es mejor que te abstengas o acabarías haciendo el ridículo, como le pasa a Guybrush en la siguiente imagen:


Phatt Island.
Esta isla está gobernada por un hombre gordísimo que se alimenta a base de comida triturada inyectada directamente a su boca mediante unos tubos de acero. En la zona portuaria encontraremos la biblioteca, a la cual debemos registrarnos aportando todos nuestros datos de contacto. Una vez hecho esto podremos consultar el catálogo y tendremos acceso a toda la literatura habida y por haber sobre los piratas y sus extravagantes costumbres. También en esta isla encontraremos una cascada paradisíaca que oculta un misterio que será revelado a través de un objeto que no es de este mundo. Y es que a partir de ahí empiezan a darse toda una serie de elementos que nos dan varias pistas sobre lo que se oculta detrás de este gran juego que, sin duda, tiene uno de los finales más polémicos que haya tenido cualquier aventura gráfica.

Big Whoop.
Big Whoop es el objetivo final de Guybrush en este juego. ¿De qué se trata? Pues de un tesoro, por supuesto. Oculto en una legendaria isla, que nadie ha visto ni sabe dónde está (aunque en realidad lo sabe todo el mundo). Guybrush se embarca en esta aventura con el fin de conseguir ese tesoro que contiene las máximas riquezas de todo el Caribe. Sin embargo, su viaje no será para nada sencillo. Los piratas que enterraron el tesoro dividieron el mapa de su ubicación en cuatro partes y es, en esta sección del juego, donde se consumirán la mayoría de nuestras horas.


Voodoo for dummies.
Si algo nos enseña Monkey Island 2 es a hacer muñecos vudú. La hechicera del pantano, que ya conocíamos de nuestra primera aventura por Mêlée Island, nos enseña a confeccionar un muñeco vudú para combatir a nuestros enemigos. Con el tiempo descubriremos que hasta el más temido de los piratas puede caer ante esta mortífera arma de combate. Tal y como el nombre del juego indica, volveremos a vérnoslas con Lechuck, que está ansioso por vengarse de su derrota a manos de Guybrush. Sin embargo, más allá de monos hipnotizados y loros parlanchines, se esconde una verdad que atormentará a nuestro querido pirata por el resto de su vida. Y es que al final de esta aventura, LucasArts hace un guiño a la saga de Star Wars creando una de las escenas más traumáticas y violentas que jamás veremos en una aventura gráfica de piratas descafeinados.


Conclusiones.
La Special Edition de Monkey Island 2: Lechuck’s Revenge es mucho mejor que la que hicieron para el primer juego. El manejo con el joystick está mejorado e incluso puedes mover al personaje libremente por la pantalla (en vez de indicarle la posición por cursor). Si bien es cierto que este aspecto técnico carece de la precisión de un Shoot’em up, no podemos quejarnos del pequeño arreglillo que se han currado para esta edición.

Otro punto a favor de la revisión es que han añadido comentarios de los autores. Al igual que podemos hacer cuando visualizamos los extras de una película en DVD y podemos habilitar los comentarios del director, aquí han hecho algo parecido donde podemos oír/leer a los autores de Monkey Island a lo largo de escenas concretas del juego. Es uno de los añadidos más interesantes de la edición especial y los comentarios no son sólo divertidos, sino que nos ayudan a entender un poco mejor qué cosas se les pasaban a esta gente por la cabeza mientras diseñaban un juego de este calibre.

De nuevo no puedo dar una nota objetiva, así que me abstendré de puntuarlo. Es cierto que no he podido disfrutar de este juego de la misma manera que lo hacía cuando era un niño. Antes me parecía un mundo entero y ahora sólo veo limitaciones por todas partes. Me alegra haber podido disfrutar de nuevo de estas aventuras gráficas y es bueno saber que otros niños podrán hacerlo ahora con gráficos más actualizados. Sin embargo, después de haber finalizado ambos juegos al 100%, sigo echando de menos la esencia del Monkey Island que experimenté en mi niñez. Poco a poco me doy cuenta de que el problema no está en el juego. Hay obras atemporales que permanecerán siempre con nosotros y no dudo que éste es el caso de Guybrush Threepwood y sus aventuras. Pero, lamentablemente, para mí sí pasó el tiempo. Tengo la sensación de que parte de la magia que me envolvía entonces se perdió hace tiempo a lo largo de este espinoso camino que recorremos todos. Pero aún así, y a pesar de todo, todavía hay una pregunta que sigue atormentándome todas las noches: ¿Cuál es el secreto de Monkey Island?

NOTA: --/10





5 comentarios:

  1. Ju, qué pena que ya no los disfrutes como de niño. Claro que la percepción cambia con los años, pero igualmente hay juegos que consiguen despertar esas sensaciones (U^_^) Al menos a mí me pasa.

    ¿Qué diferencias había entre los dos niveles de dificultad? ¿Daban consejos/pistas en la más fácil o algo así?

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    1. Sí que hay juegos que me despiertan esas sensaciones, pero no con la misma intensidad de antes (y no es por culpa del juego). Supongo que es natural. Los videojuegos siguen gustándome pero mi manera de relacionarme con ellos ha madurado con el paso del tiempo. A veces, por exceso de información o conocimientos, nos saturamos tanto que perdemos la capacidad de percibir la esencia de las cosas. Creo que he perdido parte de esa capacidad y lo único que hago es comparar lo que hay en mi memoria con lo que experimento en el presente, lo cual no resulta muy saludable.
      Uno de los motivos por los que hice este blog fue precisamente para ver cómo entiendo los videojuegos y qué puedo extraer de ellos, explicarlo al mundo y ver si hay más gente que comparta mi punto de vista. Y, sin duda, contigo y con Ínfila tengo dos ejemplos maravillosos de dos personas que pueden seguir sintiendo una gran pasión por este entretenimiento a pesar del paso de los años. Supongo que por eso disfruto al leer vuestros blogs, porque en cierto modo transmitís parte de las sensaciones que sentía yo cuando disfrutaba plenamente de los videojuegos y me demostráis que es posible seguir sintiéndolo así :)

      Las diferencias de dificultad en Monkey Island 2 no eran en relación a pistas ni consejos. Creo recordar que, sencillamente, había secciones del juego que estaban más resumidas o directamente omitidas. Por ejemplo, recuerdo que en la Parte III del juego, en la que hay un laberinto, en el modo fácil no existía.

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    2. Ju, qué bonito :$

      Ya veo, qué cafre me parece omitir segmentos enteros (U^_^)

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  2. Sólo lo jugué una vez y ya ni me acuerdo de nada. En todo caso, siempre he preferido la primera versión, más que nada por la nostalgia de esos píxeles tan bien puestos en pantalla.

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    1. Los dos son geniales, pero Monkey Island 2 (junto con Indiana Jones and the fate of Atlantis), creo que es la mejor aventura gráfica del género. Pero vamos, todo lo que hacía LucasArts en aquella época era genial.

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